¿POR QUÉ TE ARREPENTISTE? (Actual.23/05)

«Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” (El hijo pródigo, de Jesucristo en San Lucas 15:18-19)

La gran pregunta del Domingo pasado fue:

¿Por qué te arrepentiste?

Tal vez, más bien explicado: ¿qué te motivó a arrepentirte ante Dios?

Hay tres alternativas y antes que sigas leyendo, ¡responde tú esta pregunta a ti mismo!

¿POR QUÉ TE ARREPENTISTE?

Ls respuestas pueden ser 3, sin embargo el verdadero arrepentimiento descarta 2 de las siguientes opciones:

– Por necesidad.
– Por temor.
– Por tristeza.

¿Cuál hubiera sido la motivación de nuestro arrepentimiento?

Hagamos una pregunta que nos aclarará mejor el tema: ¿a quién perdonarías con confianza: A un arrepentido por necesidad, por temor, o por tristeza?

La persona que se arrepiente por necesidad es aquella que se da cuenta que cometió un error y quiere perdón por causa de las cosas que está sufriendo. Ella apenas quiere el perdón porque cayó en miseria total, porque necesita de cura, porque está con el demonio adentro, porque necesita de abrigo, porque está de nuevo con hambre. Aparentemente el Hijo Pródigo se arrepientó por necesidad, pero, no es cierto: Su sufrimiento solo le servió para despertarlo y hacerle ver que estaba realmente mal. Por causa del dolor, él se percató que había se equivocado gravemente. Su dolor fue un despertar, PERO NO FUE EL MOTIVO DE SU ARREPENTIMIENTO como veremos luego.

El que se arrepiente por temor, es decir, por miedo, es aquel tipo que comete un error y al saber de las consecuencias que va a tener que sufrir, o sea, cuando ve lo que tendrá que pagar por su error, él teme y quiere el perdón. ¿Por qué quiere el perdón? Porque no quiere ser castigado. Nada garantiza que él no volverá a cometerlo, pues casi siempre, las personas que se arrepienten por esta causa, después de escapar de la condenación, vuelven a pecar aun más fuerte. Algunos, con miedo del infierno, se arrepienten apenas por no querer ir para allá. No quieren vivir en el Cielo, pues ahí también tendrán que sujetarse a Dios. Pero ¡tampoco quieren sufrir en el infierno!

Entonces, el arrepentimiento que realmente alcanza el perdón de Dios es EL ARREPENTIMIENTO DE TRISTEZA. Eso no es arrepentimiento puramente emocional, sino «la tristeza que según Dios nos producirá salvación» (2 Corintios 7:10). Es la tristeza que uno siente por haber hecho algo contra Dios, contra sí, y contra las personas que sufrieron por su error. ¡Eso es arrepentimiento de verdad y que dura para siempre!

Los demás «arrepentimientos» no tienen raiz y no duran: Luego la persona vuelve a caer en lo mismo.

Cuánto más profunda es la tristeza por haber cometido un pecado, más profundo es el arrepentimiento, y cuanto más profundo es el arrepentimiento de una persona, más profunda será su fe y fidelidad a Dios. Las profundas marcas del arrepentimiento harán que semilla de Cristo esté más fondo en nuestros corazones. Cristianos superficiales o temporales son personas que probaron el verdadero y profundo arrepentimiento de tristeza.

LOS PELIGROS DE LA SOCIEDAD SIN ARREPENTIMIENTOS

Psicopatía es el nombre de la enfermedad sicológica de un individuo que no siente el menor arrepentimiento o remordimiento por lo que sea. Es una persona de un nivel tan elevado de crueldad y frialdad que es imposible que ella sienta tristeza por un error. Ella hasta puede reconocer que cometió un error, pero nunca se arrepentirá por ello ni por nada. Ella dice: «Yo pequé, ¿y qué? ¿quién no peca?».

La crueldad, el materialismo, el individualismo, el egoísmo, la malicia, y tantas otras maldiciones de la sociedad, quieren transformar todo ser humano en un psicópata. Y, lo peor es que LOS PSICÓPATAS NUNCA TENDRÁN SALVACIÓN.

Después que uno llega a este punto, ¡será imposible revertir su estado de perdición! Eso es lo que pasó con Esaú cuando dice que aun buscando el arrepentimiento con lágrimas no lo pudo alcanzar (Hebreos ….). Él había entregado su vida de lleno a la impiedad y se profundizó en la dureza, en la hostilidad, en la insensibilidad, en despreciar por siempre todo aviso de su conciencia. Él mató su conciencia ahogándola con una almoada de crueldad, de ahí él se volvió un otro hombre: sombrío, maligno, cínico e impiedoso, en fin, un psicópata.

El mundo se está transformando en un planeta de vampiros psicópatas que nunca más tendrán como recuperarse. Tú estás en la lista para volverse uno. Si permites que eso te pasa, nunca más podrás ver la Luz de Salvación. Seguirás vivo apenas con el propósito satánico de hacer otros igual que tú. Servirás para ser un instrumento de escándalo y tropiezo para los demás y por fin, estarás eternamente en el infierno.

LA DIFERENCIA ENTRE REMORDIMIENTO Y ARREPENTIMIENTO

Ya definimos qué es Arrepentimiento. Sin embargo, hay algo muy parecido que muchos se confunden: Se llama Remordimiento.

Remordimiento es morderse y remorderse dentro de la conciencia. Es una perturbación puramente mental causada por la culpa. Pero, una persona que tiene remordimiento no siente tristeza, apenas conflictos en la conciencia en que lucha para librarse de ellos sin tener que «humillarse» pidiendo perdón. Ella quiere disculparse, es decir, librarse de culpa por sí mismo. Ella quiere justificarse de su pecado por sí misma. Ella dice a sí misma que está perdonada, pero ella no fue la única víctima de su pecado. Ella pecó contra Dios, contra el prójimo, contra sí. Luego, su «autoperdón» no la salvará. El perdón no puede ser autoproducido. Él perdón viene de fuera, de la parte perjudicada o transgredida.

Por lo tanto, remordimiento es un falso arrepentimiento y muy peligroso. Es culpa mental que no quiere humillarse. Él evita la tristeza, se huye de ella y la persona pasa a odiarse. Generalmente, la persona se huye a la bebida, vicios, pastillas, prostitución, comportamiento aberrante y al fin, el suicidio. El caso bíblico más conocido es Judas Iscariote.

El remordimiento tiene más que ver con la mente humana: fría, calculista y complicada. Ya el arrepentimiento proviene del corazón. Todos los que desechan el tema del corazón, para vivir una religión puramente mental, corren el peligro de distanciarse de Cristo, vivir una fe mecánica y volverse psicópatas.

actualización………….. 23/05:

AUTOJUSTIFICACIÓN: OTRA TRAMPA MORTAL

Los 2 falsos arrepentimientos y el remordimiento son una trampa mortal, pero quizá la autojusficación sea lo más usado como un escape de realmente tener que estar cara a cara con a verdad y la parte transgredida o decepcionada.

«Adán respondió a Dios:
—La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer:
—¿Qué es lo que has hecho?
Ella respondió:
—La serpiente me engañó, y comí.»
(Génesis 3:12-13).

Desde el primer pecado y consecuentemente la primera oportunidad para un arrepentimiento verdadero, la naturaleza humana viene buscando un álibi para transferir su culpa. La verdad eso muestra que no nos gusta arrepentirnos. Queremos «cubrirnos con las hojas» de las obras religiosas, mas no queremos realmente estar desnudos ante Dios con la cara cubierta de vergüenza. Queremos cubrirnos a nosotros mismos en vez de buscar el Cubrimiento que Dios provee a los arrepentidos que Lo buscan.

Ese álibi puede ser una otra persona o un motivo que nos parezca convincente. Buscamos una mentira y eso nos hace perder tiempo, ya que podríamos de una vez confesar el pecado y la culpa. «¡Sí Señor! ¡Yo soy culpable sí! Sé que merezco todo castigo. ¡Aquí estoy avergonzado!«, eso es lo que debemos decir. No pongas culpa en tu pareja, en un pariente, en tus «amigos», en tu patrón, en el sistema…

Evadirse no salva. Excusarse empeora. Compararse con casos peores como forma de amenizar la conciencia es mentir a si mismo. Abogar a si mismo no absuelve. Intentar encontrar una buena razón que justifique el pecado es mofarse de Dios. En fin, la autojustificación es el peor de los engaños. ¡Por favor! No escoja este camino. ¡Decídete arrepentir sin excusas, con toda vergüenza y humillación posible! Solo así podrás encontrar perdón. Eres el único responsable de tu pecado, y si haya otro, no te escudes en ello. No te escondas por detrás de nadie y de nada, pues eso no te ocultará de los ojos de Dios. Si sigas engañando a tu conciencia, habrá un momento que la habrá matado y nunca más te sonará esta alarma interior. Estarás perdido eternamente.

RECOMIÉNDALO A UN AMIGO!

CONTINUA……

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